El presidente de la Asamblea Legislativa, Rodrigo Arias, ha tomado una postura crítica respecto a los comentarios despectivos que el mandatario Rodrigo Chaves ha expresado en los últimos tres años de su administración, dirigidos hacia diversos delegados y miembros de la legislatura. Arias sostiene que estos insultos no solo son inapropiados, sino que también reflejan una profunda descomposición en la relación institucional entre las diferentes ramas del gobierno.
En sus declaraciones, Arias enfatizó que «El presidente Chaves, a la tragedia de los hechos, agregó el desastre de las formas. El diálogo y la cooperación, que deben ser las insignias de esta patria, no de sargentos, han sido reemplazados por la confrontación y una irregularidad que nunca debió ser sugerida.» Estas palabras destacan la preocupación de Arias por el deterioro de las relaciones interinstitucionales, que una vez fueron puentes de comunicación y entendimiento, pero que ahora parecen haber sido destrozadas por la animosidad y la queja constante proveniente desde el hogar presidencial.
«Se ha dedicado a los miembros de esta reunión, con una delicadeza extrema, un insulto de la letanía como: inútil, gangsters, extorsionistas, orquesta corrupta, antipatriotas, miserables, maliciosos, burros, mentirosos, desagradables, que son reembolsos, vagos, petroleros Gandoca, Zánganos y un sistema, y dicen que no dices todos los miércoles». Art orquestó la cruzada contra el andamio institucional de nuestra democracia», afirmó el presidente del Congreso.
Al abordar los supuestos «logros» proclamados por Chaves, la legislatura ha manifestado que tales afirmaciones parecen provenir de un mundo ajeno, donde la ambición y la insatisfacción coexisten en un tono de disonancia. «Hay disonancia, bajo las voces satisfechas de Monterán (los lujosos condominios donde reside el presidente) y el murmullo de la confusión de Purral», destacó Arias, sugiriendo que existe un abismo entre la percepción del bienestar del gobierno y las realidades que enfrentan muchos ciudadanos.
A pesar de sus críticas, el diputado de Verdiblanco reconoció que sería erróneo pasar por alto que el gobierno ha alcanzado cierto éxito en el ámbito macroeconómico, manteniendo en gran medida una política fiscal saludable heredada de administraciones previas. Sin embargo, destacó la importancia de que el saldo fiscal no debe ser considerado en aislamiento. «Se sabe comúnmente que el saldo fiscal es un punto de partida para una inversión social sostenible, pero las cuentas públicas son irrelevantes si se logran a expensas de las necesidades más básicas de la población,» indicó Arias.
Arias subrayó que, aunque los recortes a programas sociales pueden haber generado ahorros que se reflejan en resultados contables positivos, el bienestar de la población no debe ser olvidado ni descuidado. «El olvido de las necesidades que enfrenta la ciudadanía por parte del Sr. Presidente destaca la indiferencia de un líder que ha preferido ser un mejor contador que un verdadero gobernante. El control no se limita a la administración de números. Es garantizar derechos, proteger a los más vulnerables y preservar el estado de derecho que permite la coexistencia democrática», concluyó.