Este jueves 1 de mayo se celebra la elecciones para la nueva junta directiva de la Reunión legislativa. La importancia de este evento radica en que en estas elecciones se determinarán no solo los líderes de la junta, sino también se definirán las direcciones políticas y administrativas que tomará el país en el futuro cercano.
Rodrigo Arias ha logrado revalidar su puesto en la junta al obtener un total de 33 votos, marcando así su tercera elección consecutiva durante este periodo constitucional. Esta reelección es un testimonio de su influencia y popularidad dentro del contexto político actual, reflejando una alta aceptación entre sus colegas legislativos y su representación política.
Por otro lado, Vanessa Castro, diputada del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), dejó su puesto como vicepresidenta de manera contundente, logrando obtener 45 votos. Esta cifra muestra el consenso y el respaldo que goza dentro de su fracción, así como su capacidad para articular apoyos en el seno del legislativo. Castro se ha consolidado como una figura clave, tanto dentro de su partido como en el ámbito legislativo más amplio.
A pesar de estos resultados, la elección del cargo de Primera Secretaría de la Junta Directiva ha estado marcada por la controversia y la tensión política. Esta posición se había acordado previamente para el diputado social-cristiano Daniela Rojas, tras un convenio alcanzado junto a Rodrigo Arias. Sin embargo, este acuerdo no se materializó de la manera esperada, generando un ambiente de incertidumbre y competencia en este cruce de caminos político.
No obstante, en un giro inesperado, Carlos Felipe García decidió presentar su candidatura a última hora, añadiendo más ruido a la contienda. Tanto García como Rojas, los delegados del PUSC, intentaron durante más de una hora conseguir el respaldo de los demás grupos legislativos, en medio de un clima cargado de tensión que marcó el ambiente del día.
Tras una segunda ronda de votaciones, García logró mantenerse en la Primera Secretaría, recibiendo un total de 30 votos, superando así los 27 votos que logró Rojas. En una primera instancia, García había recibido 28 votos efectivos. Sin embargo, esos números cambiaron cuando se sumaron dos votos inusuales: uno en blanco y otro nulo, evidenciando la división entre las diferentes fracciones y la complejidad del proceso decisional.
El candidato social-cristiano contó con el respaldo del amplio espectro del Fringe, así como el aval decidido de cinco delegados independientes y cuatro de la nueva República, lo que refleja un soporte significativo para su candidatura. La voz en blanco pertenecía a la legisladora del PUSC, Vanessa Castro, mientras que la diputada de Adjunk optó por votarse a sí misma, y así, se alineó con García de acuerdo con las normativas establecidas para esta votación trascendental.