Videos: los delegados están acusados ​​de usar drogas y usar alcohol

La intensa discusión que tuvo lugar entre Daniel Vargas y Ariel Robles durante el plan del martes culminó en un debate acalorado sobre el aparente uso de drogas y alcohol por parte de aquellos que representan a la nación. Esta conversación no solo fue un intercambio de ideas, sino que también puso de relieve tensiones que resuenan dentro de la política costarricense en la actualidad.

En esta controversia, el diputado del Frente Amplio (FA), Ariel Robles, expresó su firme opinión sobre el estado actual del gobierno. Él afirmó que la población «ha despertado» y que ha decidido «dejar de comer» la narrativa previamente impuesta por el gobierno. Siguiendo el hilo de lo manifestado por su colega Cisneros, Robles destacó que los eslóganes y discursos de la oposición representaban ya a unos gabinetes políticos que habían agotado la paciencia ciudadana.

Robles enfatizó su creencia de que el pueblo costarricense finalmente ha abierto los ojos ante el «engaño mitómano y etílico» que han representado los discursos proveniente de la administración de Zapote. «El populismo etílico que recetamos todos los miércoles ha sido digerido por el pueblo, que ha elegido no tragarlo más», comentó con vehemencia.

Las palabras de Robles no pasaron desapercibidas, y respondidas fueron con una claridad incisiva por parte de Daniel Vargas, representante del partido gobernante. «Don Ariel, mencionas el populismo etílico de Zapote, pero yo te invitaría a que hables del populismo ‘marguano’ que se vive en Cuesta Moras,» replicó Vargas, quien defendió posturas que parecían contrarrestar las afirmaciones del diputado del FA.

Más tarde, Antonio Ortega, líder de la fracción del Frente Amplio, tomó la palabra para responder a Vargas. Independientemente de las acusaciones, Ortega sugirió que Vargas debería «mirar sus propios asientos nuevamente» y reflexionar sobre los problemas que enfrenta su propio partido. Usó la expresión «tienen un techo de vidrio» para referirse a la hipocresía que, según él, existía en las declaraciones de sus oponentes políticos.

La reacción del Frente Amplio no se limitó a Ortega; la diputada Sofía Guillén también intervino, expresando su frustración. Afirmó que estaba cansada de las insinuaciones de algunos colegas sobre el consumo de sustancias, sugiriendo que «hay algunos ‘marihuanos’ que persisten en estas acusaciones.» Con un tono desafiante, Guillén remarcó que, «Diputado Daniel, muy cerca de su propia bancada, hay algunos consumidores muy interesantes que, a veces, se dejan ver con los ojos rojos; sería mejor que revisaran antes de hablar de los demás,» reforzando una naturaleza confrontativa y crítica hacia las acusaciones realizadas.

Finalmente, otro legislador, Ad Acuña, también tuvo su momento para hablar. Él utilizó su plataforma para instar a los presentes a mantener un discurso que realmente abordara las preocupaciones de la ciudadanía, ya que acciones y debates de este tipo parecen ser los responsables de la creciente mala percepción que tiene la población sobre el Congreso.