Una notable comparación se unió a la marcha de protesta que tuvo lugar fuera de la prisión de reforma este lunes, como parte de un creciente desacuerdo con las nuevas medidas impuestas por el ministerio correspondiente. Este acto de descontento se produjo tras el anuncio de nuevas restricciones que afectan significativamente la vida de los prisioneros, en especial las mujeres que se encuentran en esta situación. Los manifestantes, compuestos en su mayoría por hombres, desearon expresar su apoyo a las mujeres que enfrentan un encarcelamiento que se siente aún más duro debido a las nuevas normativas.
El grupo presente en la protesta no únicamente alentó a la manifestación de las mujeres, sino que también enfatizó la importancia de defender los derechos de quienes están privados de libertad. Aunque reconocen que los prisioneros deben cumplir con las consecuencias de sus acciones y los delitos cometidos, sostienen firmemente que no es justo quitarles sus derechos fundamentales. La lucha por una justicia que no sacrifique la dignidad humana está en el centro de este movimiento.
Las nuevas regulaciones, establecidas por el ministro de Justicia y Paz, Gerald Campos, han limitado severamente las visitas conyugales, así como las visitas generales y las llamadas telefónicas. En particular, estas medidas han hecho que las oportunidades para comunicarse con el exterior sean mínimas, lo que ha generado un ambiente de angustia y desesperanza no solo en los prisioneros, sino también en sus familias. La comunidad exige respuestas y cambios significativos a estas políticas que consideran ineficaces y perjudiciales.
Las mujeres que se agruparon para protestar manifestaron que su intención era realizar un acto pacífico, que se extendería a lo largo del día en las cercanías de la prisión de reforma. Ellas buscan ser escuchadas y expresar su preocupación por el impacto que estas nuevas medidas pueden tener en su bienestar y el de sus seres queridos. Tal protesto no solo busca visibilizar la problemática actual, sino que también pretende generar un diálogo con las autoridades penitenciarias, quienes aún no se han pronunciado de manera oficial sobre las inquietudes planteadas por los manifestantes.
Hasta el momento, no ha habido ningún tipo de interferencia en las afueras de la prisión, a pesar de que las autoridades habían preparado un gran despliegue policial para mantener el orden durante la protesta. La ausencia de conflictos indica un enfoque hacia la pacificación y el diálogo, aunque hay incertidumbre sobre cómo las autoridades responderán a las demandas de los ciudadanos que buscan una revisión de las políticas penitenciarias actuales. La situación continúa siendo tensa, y las voces de los que están dentro y fuera de la prisión claman por justicia y dignidad.