Video: Tico vivió 2 experiencias memorables con el Papa Francisco

Roma. Sebastián Camacho, un joven costarricense originario de Heredia que actualmente se encuentra estudiando en el Vaticano, compartió dos experiencias profundamente significativas que vivió junto al Papa Francisco antes de su fallecimiento. Estas vivencias no solo dejaron una huella en su vida, sino que también le permitieron reflexionar sobre la importancia del liderazgo espiritual en momentos de desafío personal y colectivo.

Camacho, quien se describe a sí mismo como un ferviente creyente y miembro de las Legiones de Cristo, narró que durante la misa celebrada en la Plaza de San Pedro, donde se conmemoraba el pasado de la resurrección, tuvo la oportunidad de participar en la distribución de la Sagrada Comunión. Este evento fue de suma importancia, ya que no solo conectó a los fieles, sino que también fue un acto de comunidad en una de las plazas más emblemáticas del mundo.

«Estábamos muy cerca del Papa cuando dejó el balcón para ofrecer su bendición. La emoción en el ambiente era palpable; todos esperábamos ese momento con anhelo,» recordó Camacho. «Pudimos verlo posteriormente en el Papamóvil, circulando por la Plaza de San Pedro. Verlo tan cerca fue surrealista.» Sin embargo, la experiencia tomó un giro emotivo cuando Sebastián notó el cansancio en la voz del Papa, quien sonaba débil y debilitado por su estado de salud. «No podía imaginar que recibiríamos la noticia de su muerte menos de 24 horas después de ese encuentro,» confesó.

Según Camacho, lo que más lo impactó fue la determinación del Papa Francisco de despedirse de los fieles, a pesar de las serias limitaciones que enfrentaba debido a su enfermedad. «El esfuerzo que hizo, no solo para girar dentro de la Plaza San Pedro, sino también para salir a la calle de la reconciliación, que conecta a Roma con el Vaticano, fue verdaderamente conmovedor. Este momento me marcó profundamente y permanecerá conmigo como uno de los últimos recuerdos que tengo junto al Papa,” reveló el joven de 28 años.

A un metro de distancia

Otra experiencia inolvidable que vivió Sebastián se produjo el 27 de noviembre del año anterior, cuando tuvo la oportunidad de trabajar directamente en la misa funeraria de un cardenal en la Basílica de San Pedro. “El Papa no ofició la misa, pero llegó al final. Yo me encontraba a una distancia de un metro o menos del Santo Padre. Fue un momento muy poderoso, porque uno ve al Papa por televisión como católico, como religioso, y al tenerlo tan cerca es una experiencia que transforma,” compartió.

“Estar en un lugar tan icónico y significativo como la Basílica de San Pedro es retornar a las raíces de mi fe, como religioso y católico. La espiritualidad que se respira en ese espacio es indescriptible; es un lugar donde las oraciones son escuchadas y donde la historia de la fe católica cobra vida.”

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