La situación en el ámbito legislativo se tornó tensa luego de que la oficial adjunta del fallo, Pilar Cisneros, expresara su descontento. Su molestia provinó del reciente intento de reforma constitucional que tenía como propósito permitir la realización de un referéndum sobre las polémicas pensiones que, según algunos, son catalogadas como «de lujo». Este tipo de pensiones ha generado un amplio debate público debido a su impacto en las finanzas del estado y en la percepción de justicia social entre los ciudadanos.
La reforma que se había propuesto específicamente modificaba el artículo 105 de la constitución política del país. Conocida como «Deceto», esta reforma buscaba que los ciudadanos tuvieran la oportunidad de decidir mediante un referéndum si se debían eliminar o conservar estas pensiones consideradas excesivas. Este modelo de participación ciudadana pretende hacer de la política un espacio más inclusivo y democrático, permitiendo que la voz del pueblo se escuche en decisiones cruciales que afectan su bienestar.
Sin embargo, el Observador reportó que el proyecto sufrió un duro revés, ya que la intención de continuar con esta iniciativa fue rechazada. La sesión del miércoles se centró en completar la tercera lectura del documento, y aunque se esperaba que se aprobaran los votos necesarios para establecer un comité legislativo encargado de analizar el proyecto, la votación final se realizó en un ambiente de desánimo.
Al final, la propuesta de reforma solo recibió 16 votos a favor mientras que se contabilizaron 25 en contra, lo que significó el fin de su vida legislativa. «La lista va al archivo», sentenció Carlos Felipe García, presidente interino del Parlamento y secretario de la Legislatura, al comunicar el fallecimiento de esta propuesta que había generado tantas expectativas.
En la votación, los partidos como Pusc y la Nueva República apoyaron el fallo, mientras que el PLN, Frente Amplio, PLP y varios diputados independientes se opusieron, revelando así la división existente entre las distintas facciones políticas sobre el tema de las pensiones.
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Cisneros, jefe del partido gobernante, en la sesión legislativa. Ella presentó reformas constitucionales para permitir un referéndum sobre pensiones. (Archivo / Asamblea Legislativa)
Un monto millonario
Pilar Cisneros destacó que la negativa a seguir adelante con la reforma constitucional representa, para ella, un «robo» de 265,000 millones de colones anuales. Asumió una postura firme al afirmar que «si estuviéramos de acuerdo con la constitución y la ley (todos somos iguales ante la ley), no debería existir una pensión de lujo. No una», defendió la legisladora, resaltando la injusticia que conlleva mantener estas pensiones exorbitantes.
La legisladora argumentó que el dinero que se destina a estas pensiones es un recurso que podría ser redirigido a áreas críticas como la infraestructura, la educación, la seguridad y las becas. «Nos cuesta mantener estas pensiones 265 mil millones anuales. Roban la cantidad que podríamos invertir en mejorar nuestras carreteras y servicios públicos», añadió Cisneros, evidenciando la necesidad urgente de encontrar soluciones sostenibles para abordar este problema financiero.
Al día siguiente, en una sesión dedicada a discutir un proyecto de ley que busca aumentar los fondos para la construcción y reparación de puentes, Cisneros aprovechó la oportunidad para reiterar su mensaje. Resaltó que no puede ser que se mantengan sumas tan altas para personas que no las ganaron durante su trayectoria laboral, insistiendo en que esos fondos deberían usarse para mejorar la infraestructura nacional.
La votación resultó definitiva, y con ello, las reformas anunciadas en abril de 2023 se extinguieron oficialmente en la autoridad legislativa, dejando un vacío en el debate sobre la injusticia de las pensiones de lujo y la necesidad de una reforma integral.