El Voyager 1 y 2 del espacio, en su viaje histórico más allá del sistema solar, rastreó la temperatura de hasta 50,000 Kelvin en la «pared de fuego», una región ubicada justo a la heliopausa. Este hallazgo, junto con la sorprendente alineación del campo magnético dentro y fuera de la helicera, ha cambiado la comprensión científica sobre los límites del sistema solar, recientemente confirmó el confirmado el confirmado. Olla. Estos nuevos datos consolidan a Voyager como instrumentos clave para explorar el espacio interestelar.
Este descubrimiento contribuye a la lista de datos no publicados obtenidos por las investigaciones de la NASA que proporcionan información sin precedentes.
Según IFL Science, el descubrimiento de que el campo magnético en la región está justo más allá de la heliopause es paralelo al campo magnético dentro de la casa, y fue confirmado por ambos instrumentos de las investigaciones de Voyager.
Este descubrimiento contribuye a la lista de datos no publicados obtenidos por las investigaciones de la NASA, que proporcionó información sin precedentes sobre los límites del sistema solar en su viaje al espacio interestelar.
Según la agencia espacial, los exámenes Voyager 1 y Voyager 2 llamaron a la ‘lectura de fuego’ en los límites del sistema solar, donde la temperatura alcanzó entre 30,000 y 50,000 Kelvin (54,000 a 90,000 grados Fahrenheit).
Este fenómeno se encuentra en la heliopausa, el borde donde el viento solar, una corriente constante de partículas cargadas liberadas por el sol, se equilibra con el medio interestelar.
La heliopausa marca el límite del helichere, una burbuja gigante que rodea a los planetas al sol y se extiende a aproximadamente tres veces la distancia a Plutón.
Las búsquedas de Voyager cruzan el ‘diente de fuego’ y revelan temperaturas extremas en el borde del sistema solar
La NASA explicó que el viento solar, al expandirse, finalmente se encuentra con la mitad interestelar, que genera una zona de presión equilibrada.
En las palabras de la agencia: «El límite entre el viento solar y el viento interestelar es la heliopausa, donde la presión de ambos vientos está en equilibrio. Este equilibrio hace que el viento solar se desvíe y fluya a través de la cola de la casa».
Además, la interacción de la casa con el espacio interestelar ofrece una especie de ‘ola de tiro con arco’, similar a la generada por un barco progresando por el océano. El 25 de agosto de 2012, Voyager 1 se convirtió en el primer barco en cruzar la heliopausa, seguida de Voyager 2 en 2018.
Antes de estos eventos, los científicos no estaban seguros sobre la ubicación exacta de este límite, pero el hecho de que ambas investigaciones lo cruzaron a diferentes distancias del sol, la hipótesis confirmó que la heliopausa podría moverse según la actividad solar.
Según una declaración de la NASA, «los científicos esperaban que el borde del helichere, llamado heliopausa, se mueva a medida que la actividad solar cambia, como una expansión de pulmón y recolección con respiración». Aunque el «muro» no constituye un rand sólido, los pecados han detectado temperaturas excepcionalmente altas en esa región, lo que lo llevó, también llamado «fuego».
La heliopausa es el límite del helichere, una burbuja gigante que rodea a los planetas al sol. (NASA/Johns Hopkins APL/Steve Gribben/Reuters)
A pesar de la intensidad energética de las partículas actuales, la baja densidad de este espacio de espacio minimiza la probabilidad de colisión, por lo que los pecados no han sufrido un daño térmico significativo.
Por otro lado, la probabilidad de colisión en esta región baja densa es tan baja que se transfiere suficiente calor a los pecados. Voyager todavía envía datos fuera de Heliopause, que son los únicos barcos que han logrado cruzar este límite en casi cinco décadas desde el lanzamiento en 1977.
Uno de los hallazgos más llamativos es la confirmación del instrumento de campo magnético de Voyager 2, que el campo magnético fuera de la heliopausa está en línea con el helicón.
Esta observación, que inicialmente se consideró como una posible coincidencia después de la medición de Voyager 1, fue confirmada por el segundo pecado, lo que sugiere que esta alineación es una característica general de la región externa.
Voyager 1 y 2 cruzaron el ‘fuego’ en los límites del sistema solar, con temperaturas de hasta 50,000 Kelvin. (Olla)
La definición del borde del sistema solar ha sido una razón para el debate, desde el final de los planetas, se puede considerar la nube Oort, donde se puede considerar la influencia por gravedad del sol, o el límite del campo magnético en el sol.
Heliopausa se ha establecido como uno de los límites más relevantes, ya que representa el punto donde la influencia de la energía solar en el entorno interestelar. La intersección del viaje permitió a los científicos observar fenómenos que solo podían teorizar.
La medición de temperaturas de 30,000 a 50,000 Kelvin en el ‘Fire Down’ y la alineación de los campos magnéticos son solo algunas de la información que cambió la comprensión de los límites del sistema solar y la interacción entre el sol y el espacio interestelar.
Estos resultados abrieron nuevas preguntas sobre la estructura y la dinámica de la heliopausa y el entorno interestelar. A pesar de la antigüedad de los pecados, ambos todavía envían información valiosa, lo que ha permitido a la NASA y a la comunidad científica internacional continuar explorando los acertijos del espacio más allá de la influencia directa del sol.
«Juntos, encontraron varias sorpresas en nuestra primera visión fuera del sistema solar», dijo la agencia, enfatizando la importancia de estas herramientas para la investigación espacial.
Fuente: Infobae
