La ruta 32 permanece cerrada desde la tarde del lunes por deslaves provocados por las lluvias pérdidas económicas millonarias para el país y un crisis aguda entre los comerciantes locales y transportistas.
El impacto económico se produce en el sector de Intersección Guápiles-Sarapiquí, donde operan restaurantes, tiendas de abarrotes y licorerías. Con el flujo de tráfico detenido, varias empresas no informaron ventas, lo que las obligó a cerrar temporalmente o enviar a sus empleados a casa.
«Es un golpe muy duro. Llevamos días sin clientes y nuestros productos se van a desperdiciar», afirma un comerciante anónimo.
Esta situación también es crítica para el sector del transporte de carga, vital para el comercio exterior de Costa Rica. Un camionero que quedó varado en la zona mencionó que no lo podían enviar de regreso debido al tipo de carga que transportaba.
“Desde el lunes estoy varado en el sector de cierre, aquí en el cruce Guápiles-Sarapiquí. Mi tipo de carga me impide dar la vuelta y tomar rutas alternativas. Ni siquiera tenemos un lugar adecuado para hacer nuestras necesidades básicas”, dijo el camionero bajo condición de anonimato.
Según el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) El cierre se ha ampliado hasta el próximo lunes 10 de noviembrepor la amenaza de caída de una gran piedra en el talud de una carretera, cuya retirada requiere trabajos especializados.
Un vendedor de lotería de la zona menciona que no ha vendido nada y está esperando la reapertura la próxima semana para poder llevar lo recaudado a su domicilio.
El dueño de un restaurante ubicado en el cruce de Sarapiquí expresa que llevan años esperando solucionar el problema, ya que Gobierno de Laura Chinchilla en 2010-2014.
El MOPT y CONAVI trabajan en el lugar para buscar una forma segura de retirar la piedra que mantiene la vía bloqueada, pidiendo a los ciudadanos utilizar rutas alternativas y mantenerse alerta a los anuncios oficiales.
Con información del corresponsal Alfie Gatjens



