



Un grupo de criminales cavó un túnel para hacer una conexión ilegal de combustible y por accidente una línea de poliducto perforada quien transportó gas licuado de petróleo (GLP).
El incidente tuvo lugar en el línea marítima en Moín, Limón, a través del cual se traslada el GLP y otros combustibles hasta los tanques de almacenamiento. Según Recope, los responsables excavaron unos metros del ducto sin conocer su naturaleza, lo que situación de muy alto riesgo por la seguridad del
instalaciones, comunidades cercanas e incluso la vida de los propios delincuentes.
Según Recope, los equipos de la institución recibieron el aviso de fuga de gas la semana anterior y por ello aplicaron de inmediato los protocolos de inspección con personal técnico especializado.
Después de varias tareas localizaron el punto de la fuga y al tratarse de gas realizaron tareas complejas para poder realizar la intervención necesaria con todas las medidas de seguridad necesarias.
«El manejo del gas requiere medidas de seguridad mucho más estrictas que las de otros hidrocarburos. Una chispa puede provocar una gran explosión. La respuesta inmediata de los equipos técnicos fue decisiva para evitar un desastre», dijo Karla Montero, presidenta de Recope.
Además, Recope menciona que por las condiciones del sitio y el tipo de producto transportado, no El caso es el más peligroso atendido hasta el momento en la lucha contra el robo de combustible.
Como resultado, Recope ofreció una denuncia formal ante el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), con el objetivo de investigar a fondo este hecho e identificar a los responsables.
“El caso Moín es un poderoso recordatorio de que la negligencia y el desconocimiento pueden tener consecuencias fatales. Gracias a la capacidad de detección y respuesta oportuna de nuestros equipos se evitó una tragedia mayor. Seguiremos trabajando con rigor técnico y vigilancia constante para proteger la seguridad energética y la vida de los costarricenses”, afirmó Karla Montero.
								
								
				


