San José, 30 oct ()- Actualmente, las empresas comprometidas con la Responsabilidad Social Empresarial (RSE), e incluso con acciones de sustentabilidad, ya no se limitan a programas ambientales, trabajo voluntario o solo capacitación interna. Ahora, según especialistas, estas empresas están colocando la salud integral de sus empleados en el centro de su estrategia.
Precisamente, en un contexto como el actual donde varios informes pronostican que el sedentarismo en Costa Rica alcanzará el 52% en 2030, el ejercicio físico emerge como un elemento diferenciador e imprescindible para promover el bienestar, la productividad y la sostenibilidad humana dentro de las organizaciones.
Según el especialista en Movimiento Humano y fundador de Gimnasio EKA, Karla SolísLos entornos de trabajo saludables se traducen en un mayor compromiso, menos ausentismo y equipos más resilientes. Además, datos del Colegio Americano de Deportes y Medicina (ASCM) indicaron que al invertir 1 dólar en programas de salud, las empresas ahorran 5 dólares en discapacidad y rotación de personal.
Una inversión socialmente responsable
Para el especialista, aunque aún no todas las empresas en Costa Rica han incorporado programas de actividad física como parte formal de sus políticas de Sostenibilidad o RSE, la tendencia va en aumento. Esto se debe a que cada vez más empresas reconocen que invertir en movimiento es invertir en capital humano.
“Necesitamos interiorizar y educar a toda la población que el ejercicio físico es un pilar esencial para promover la salud integral de las personas trabajadoras”, afirmó Solís. Para ella, promover la actividad física en el entorno laboral no es un lujo, sino un reflejo del compromiso de las organizaciones con el bienestar humano, la sostenibilidad y la productividad responsable.
Un ejemplo son acciones como pausas activas, programas deportivos o instalaciones de entrenamiento. Esto, afirma Solís, genera valor compartido ya que beneficia a los trabajadores al mejorar su calidad de vida, y a la empresa al mejorar su reputación, productividad y sostenibilidad a largo plazo.
En este sentido, el ejercicio, enfatiza el especialista de EKA Gymnasium, se convierte así en una estrategia ética que fortalece el capital humano, promueve ambientes laborales saludables y reafirma el compromiso empresarial con el desarrollo integral de las personas y la sociedad.
Incorporar el ejercicio a la vida laboral
Solís explicó que incorporar el ejercicio a las empresas no necesariamente requiere de grandes inversiones. Según el especialista, existen varias alternativas accesibles que se pueden aplicar. Por ejemplo, algunas estrategias recomendadas por el Especialista en Movimiento Humano de EKA Gimnasio son:
- Descansos activos: microsesiones de cinco a diez minutos con estiramientos, movilidad o respiración, guiadas por personal interno o a través de videos. «Tienen un coste mínimo, pero un gran impacto: mejoran la postura, reducen el estrés y aumentan la energía».
- Promoción de hábitos activos: Fomentar el uso de escaleras, caminatas cortas o movilidad sostenible (como ir en bicicleta o caminar al trabajo), así como desafíos de caminata grupal o minutos activos. «Estos son programas de bajo costo que dependen de la comunicación y el seguimiento internos».
- Espacios de movimiento: Utilice áreas libres (pasillos, áreas verdes, estacionamientos) para practicar actividad física. «Con una buena gestión, se puede incluso llegar a la creación de un gimnasio corporativo, con resultados duraderos».
- Alianzas con gimnasios externos: Negociar tarifas preferenciales o clases grupales cerca de las oficinas, ideal para empresas con espacio limitado.
Cada estrategia, señaló Solís, debe adaptarse a la cultura, tamaño y recursos de la empresa, pero siempre con una visión de continuidad y propósito. En este sentido, los niveles de adopción varían según el tipo de empresa. “En la industria manufacturera es más común ver programas de ejercicio que en las oficinas administrativas, donde los empleados tienden a moverse menos. Sin embargo, una empresa socialmente responsable entiende que su principal recurso es el talento humano y puede utilizar el ejercicio para mejorar la energía, la motivación y la permanencia del personal, lo que a su vez genera organizaciones más sustentables y resilientes”.
Además, agrega, la salud física y mental de quienes trabajan tiene un impacto directo en sus familias, comunidades y la productividad del país. Por tanto, promover el ejercicio previene enfermedades y reduce la carga sobre los sistemas de salud públicos. «Invertir en actividad física va más allá del bienestar interno y genera un beneficio social colectivo», enfatizó Solís.
Experiencia comprobada: EKA Corporativo
Un ejemplo de la implementación del ejercicio en empresas es EKA Corporate. Es una división de EKA Gimnasio especializada en la gestión de gimnasios corporativos. Su experiencia ha demostrado que los programas bien estructurados generan un impacto mensurable.
“En cinco años hemos logrado que las empresas reduzcan las discapacidades hasta en un 50%. Además, los empleados mejoran en un 50% la asistencia al gimnasio y aumentan la participación en programas de ejercicios y planes de desafíos”, enfatizó el fundador de EKA Gimnasio.
Además, agregó, las empresas con las que trabaja obtienen información valiosa gracias a una plataforma digital que permite la trazabilidad de la participación del personal. «Los tomadores de decisiones cuentan con informes y datos en tiempo real para construir programas en colaboración con los departamentos de Seguridad y Salud Ambiental (EHS) y Recursos Humanos», enfatizó.
El modelo permitió integrar la salud física con la gestión organizacional, logrando que el bienestar se convirtiera en un componente estratégico y no en un proyecto aislado.
Sin embargo, el especialista en Movimiento Humano mencionó que las empresas deben tener en cuenta que un programa de RSE no se trata sólo de un gimnasio. Más bien debemos educar, construir e interiorizar una cultura que valore el movimiento, la salud y el bienestar como parte del compromiso social de la empresa.
La clave, añade, es el trabajo conjunto entre diferentes áreas: “Debe haber una alianza entre los departamentos de EHS, recursos humanos y medicina del trabajo. Sólo así la gente podrá sentirse parte del cambio y el ejercicio se convertirá en un hábito colectivo”.
«Cuando una empresa se compromete con la salud de su gente, también contribuye con la salud de la sociedad. El ejercicio no sólo transforma los cuerpos, transforma las culturas de trabajo y genera organizaciones más humanas, saludables y resilientes», afirmó el fundador de Gimnasio EKA.
 
								 
								 
				



