
El nuevo sistema TRIBU-CR del Ministerio de Hacienda, que está diseñado para modernizar el cumplimiento tributario, provocará importantes complicaciones que impedirán algo tan básico como pagar impuestos, según un abogado fiscal.
El experto asegura que la excesiva rigidez del TRIBU-CR provoca morosidad involuntaria y un retroceso en términos de recaudación y eficiencia administrativa. Esto compromete la capacidad del Estado costarricense para cumplir con sus funciones esenciales.
El sistema TRIBU-CR, junto con la Oficina Virtual (OVi), se presentó como una moderna herramienta para facilitar el cumplimiento tributario.
Sin embargo, el abogado fiscalista Gabriel Zamora Baudrit señala que en la práctica esto ha impuesto barreras innecesarias y trámites engorrosos.
Detalles
- Limitar el cambio: Anteriormente, los contribuyentes pagaban fácilmente desde la sucursal electrónica de los bancos con un acuerdo. Este mecanismo ha sido sustituido: ahora los pagos sólo se podrán realizar desde cuentas IBAN registradas, ya sean propias o de terceros.
- Complicación de terceros: Aunque en teoría está permitido el uso de cuentas de terceros, el proceso es sumamente complicado. Para poder pagar, el titular de la cuenta deberá registrarla en el OVi, autorizar expresamente al contribuyente y mantener los permisos actualizados.
- Consecuencias: Lejos de simplificar, estos pasos provocaron frecuentes errores, rechazos y pérdida de tiempo.
- Afectando a personas vulnerables: Esta nueva modalidad afectó especialmente a adultos mayores, empresas inactivas y personas sin cuenta bancaria. Estos grupos dependían de familiares, gerentes o representantes para realizar sus pagos y hoy carecen de alternativas prácticas.
Zamora Baudrit destaca que la administración tributaria debe priorizar su objetivo más básico: la recaudación.
«Es paradójico que en nombre de la modernización se haya diseñado un proceso que desincentiva el pago y dificulta el pago al contribuyente», afirmó Baudrit.
El especialista añade que la digitalización debe acercar al contribuyente y no aislarlo tras procedimientos técnicos innecesarios.
Concluye que la modernización fiscal debería ser un objetivo de accesibilidad, no sólo de tecnología. Si persisten las restricciones y los procesos confusos, las colecciones se verán comprometidas.