SAN JOSÉ, 15 de mayo (Elmundo.CR) – El Día Internacional de la Familia, que se celebra cada 15 de mayo, representa una valiosa oportunidad para no solo fortalecer los vínculos afectivos que une a los miembros del hogar, sino también para fomentar hábitos saludables que tengan un impacto positivo en la salud de todos. Esto se traduce en que una dieta equilibrada no solo se construye a través de comidas balanceadas, sino que comienza con el ejemplo y con acciones diarias pequeñas pero significativas.
La nutricionista Talía Pinto, quien forma parte del Consejo de Asesor de Nutrición de Herbalife, afirma: «Los buenos hábitos se enseñan por experiencias y ejemplos positivos en el hogar, especialmente cuando se trata de alimentos». Esta afirmación subraya la importancia de inculcar buenos hábitos desde la infancia, algo que puede hacerse mediante prácticas interactivas y divertidas al momento de comer.
Con el fin de ayudar a las familias en esta tarea, compartimos algunas ideas creativas que pueden motivar a los más pequeños a comer de una manera más saludable:
- Deje que los chicos se cocinen (¡y se ensucie!)
Involucrar a los niños en la preparación de comidas no solo despierta su interés en los alimentos, sino que también facilita la aceptación de verduras y otros alimentos que, de otro modo, podrían no considerar. Pueden participar eligiendo un ingrediente, seleccionando hojas o frutas, o incluso cultivando su propio pequeño huerto en casa, aunque eso signifique que la cocina termine hecha un lío. Este tipo de interacción es crucial, especialmente para los más pequeños, ya que les ayuda a desarrollar una conexión más profunda con la comida que consumen.
Como explica el nutricionista, «Ese contacto con los alimentos es fundamental para los más jóvenes».
- Descubra un «día de color» en la comida
Otra forma divertida de promover hábitos saludables es celebrando un ‘día del color’ en el que la familia elija un color y prepare una variedad de alimentos naturales de ese tono. Por ejemplo, en un día verde se pueden incluir alimentos como brócoli, aguacate y kiwi; mientras que en un día naranja se podría optar por zanahorias, mangos y calabaza. Al ponerle un nombre atractivo a la actividad, como ‘Misión Rainbow’ o ‘Superpoder verde’, se hace que el proceso de comer sea más emocionante y atractivo. Los niños pueden participar en la elección de los ingredientes y compartir sus preferencias sobre sus platos favoritos.
El experto menciona: «El juego permite aprender, conectar y expandir la variedad de alimentos en el menú de forma natural y sin presión».
- Convierte la fruta en una obra de arte
Colocar una fruta colorida y variada en el centro de la mesa puede servir como un excelente estímulo visual. Deje que los niños decoren las frutas con carteles, pegatinas o nombres creativos. Este tipo de interacción plantea curiosidad entre los pequeños, aumentando las posibilidades de que decidan probar alguna fruta por su propia iniciativa.
- Pon las verduras (¡y cuénteles una historia también!)
Transformar el brócoli en un ‘árbol mágico’ o una remolacha en ‘Dragon Heart’ puede ser una manera divertida de acercar a los niños a los sabores naturales. Al crear personajes e historias con la comida, se establece una conexión emocional que los involucra en el proceso de comer y les ayuda a disfrutar de alimentos que normalmente podrían considerar menos atractivos.
- Cultivar plántulas juntas
Una opción interesante es construir un mini huerto en pequeñas macetas, cultivando hierbas como menta, albahaca o cebollino. Esto no solo enseña a los niños sobre el origen de los alimentos, sino que también despierta un interés genuino por los platos que tienen un sabor natural y casero, promoviendo así una relación más positiva con la comida.
- Evite la recompensa con la comida
Es fundamental evitar el castigo o la recompensa a través de la comida. Cambiar vegetales por postres como una forma de incentivación puede generar una relación poco saludable con los alimentos. En su lugar, es mejor alabar el esfuerzo de los niños o presentar los pasos y juegos como un premio, lo que fomenta una relación más equilibrada.
- Apague las pantallas para comer
Desconectar dispositivos como televisores, teléfonos celulares y tabletas durante la comida es crucial. Esto permite que los niños sean más conscientes de lo que están comiendo, aprenden a reconocer su nivel de saciedad y disfrutan del momento en familia. Según Talía Pinto, «Ese gesto simple crea recuerdos emocionales y refuerza el vínculo con la comida y con las personas que amamos».