SAN JOSÉ, 06 de mayo (Elmundo.CR) – Aunque se reconoce que el lavado de manos es una de las prácticas más sencillas y efectivas para prevenir enfermedades, un alarmante número de personas en todo el mundo continúa subestimando su importancia. Esta falta de conciencia puede tener graves repercusiones en la salud pública.
Según datos de UNICEF (2023), nuestras manos son un hábitat natural para una gran variedad de microorganismos, incluyendo virus, bacterias y hongos. Un solo centímetro cuadrado de piel puede albergar hasta 1.500 bacterias si no se llevan a cabo prácticas de limpieza adecuadas. Este escenario resalta la crucial necesidad de educar a la población sobre la práctica correcta del lavado de manos, un acto sencillo que puede marcar una diferencia significativa en la salud global.
Por su parte, Wateraid (2024), una organización internacional sin fines de lucro dedicada a mejorar el acceso al agua potable y la higiene, destaca que la higiene de las manos se presenta como una estrategia de salud pública que no solo es de bajo costo, sino que también demuestra ser altamente eficaz para prevenir y controlar infecciones. Actúa como un obstáculo esencial contra una diversidad de enfermedades, ayudando a contener su propagación.
Las estadísticas son contundentes: se estima que una correcta higiene de manos puede disminuir la incidencia de la diarrea en aproximadamente un 30%, las infecciones respiratorias agudas en un 23%, y las infecciones estacionales de coronavirus hasta en un 36%. Esto subraya el papel crítico que el lavado de manos juega en la prevención de enfermedades como el cólera, Covid-19, disentería, ébola, hepatitis E, y muchos otros patógenos peligrosos que afectan a la salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enfatizado la importancia del lavado de manos correcto, indicando que es esencial para reducir significativamente el riesgo de infecciones. Esto se debe a que las personas están constantemente expuestas a superficies que pueden estar contaminadas, lo cual pone en riesgo su salud.
A pesar de ello, los expertos en salud pública advierten que el lavado de manos, aunque vital, no debe ser visto como una solución aislada. Un aspecto frecuentemente pasado por alto es el secado adecuado, que emerge como un paso crítico en el proceso. Investigaciones han demostrado que las manos húmedas pueden albergar hasta mil veces más bacterias que las manos secas, convirtiéndose, por lo tanto, en un medio propicio para la proliferación de microorganismos.
La evidencia científica es contundente: para lograr una higiene efectiva, no solo es necesario lavar las manos, sino también secarlas de manera consciente y adecuada. La adopción de estos hábitos, junto con la precaución al interactuar con superficies públicas, representa un avance significativo en la protección de la salud tanto individual como colectiva. Este enfoque contribuye a la prevención de enfermedades y a la creación de entornos más saludables.
Un compromiso con la calidad de vida y el saneamiento básico en América Latina
Dentro del marco del propósito de proporcionar «mejor cuidado para un mundo mejor», y en consonancia con la transformación de las condiciones de vida en comunidades de América Latina, Kimberly-Clark se ha propuesto influir positivamente en la vida de 10 millones de personas, facilitando su acceso a agua potable, baños seguros y educación en higiene.
Mediante la iniciativa «Baños Change Change Lives», liderada por Kimberly-Clark y su marca Scott®, la empresa ha trabajado en la construcción de sistemas de agua comunitaria y saneamiento sostenible. Esta iniciativa ha mejorado la educación en higiene en comunidades a lo largo de Centroamérica, beneficiando a 4 millones de personas durante casi una década. Además, ha realizado inversiones superiores a $2.5 millones para mejorar el acceso a condiciones básicas de higiene en la región.
Kimberly-Clark Professional ofrece también una amplia gama de productos que contribuyen a esta causa, incluyendo el jabón de espuma Kleenex, jabón en spray Scott y toallas de mano Kleenex y Scott. Este último producto utiliza la innovadora tecnología Airflex, que cuenta con cámaras de aire entre sus fibras, permitiendo una mayor absorción de agua y un secado más eficiente. Además, el uso de toallas de papel minimiza el contacto con superficies de uso común, como grifos y puertas, lo que a su vez reduce el riesgo de contaminación por gérmenes.