El establecimiento de una mayoría significativa de suplentes en el período de 2026 «dispuestos a viajar adecuadamente» se considera el mayor logro del gobierno del presidente republicano, Rodrigo Chaves. Este objetivo ha sido un tema recurrente en sus discursos y en su enfoque legislativo, resaltando su ambición de transformar la situación política de Costa Rica.
El presidente hizo esta declaración al presentar el Tercer informe de trabajo relacionado con los suplentes y la construcción de la sesión legislativa. Este informe se ha convertido en un indicador clave para evaluar la dirección política que quiere tomar en su mandato.
Este esfuerzo legislativo ha incluido a los ministros, a los miembros de los Tribunales Supremos de la Corte Suprema y a otros representantes significativos en el ámbito político, incluyendo al Contralor Marta Acosta, quien estuvo ausente. También se destacó la participación de la Iglesia Católica y el Cuerpo Diplomático, subrayando la importancia de un enfoque integral y colaborativo.
En su informe, Chaves indicó que este será el último que se emita para la actual legislative, destacando la relevancia del próximo período de suplentes que abarcará de 2026 a 2030. Este semblante de renovación es crucial para él, ya que espera poder regresar el 2 de mayo del año próximo «para presentar a otro grupo de alternativos elegidos por Awake, Awake, ansiosos por aumentar los cambios que el destino del país puede transformar».
Durante su discurso, Chaves transmitió un mensaje profundo: «Le pido a Dios, en beneficio de Costa Rica, que en este MP se encuentre la gran mayoría de los alternativos dispuestos a recorrer los caminos correctos en el contexto histórico que conocemos». Con esta afirmación, Chaves busca consolidar su liderazgo y presentar su visión ante la ciudadanía.
Este será un momento decisivo para medir el éxito de su gobierno, enfatizando que «aquí y luego veré con mis propios ojos la sabiduría de esta ciudad». Este enfoque es crucial para él, ya que supone una evaluación personal de si ha logrado elevar la conciencia civil sobre la necesidad de un cambio en un modelo que, según él, ha estado predominando durante los últimos setenta años.
Es importante destacar que, desde finales de 2024, y durante los viajes del presidente a las diferentes regiones, así como en las conferencias semanales en Zapote, el debate sobre la reducción electoral ha cobrado fuerza. Esto ha sido parte de un esfuerzo constante por reunir al menos 38 alternativas de Chavismo, una meta ambiciosa a la luz de los desafíos políticos actuales.
Al ser elegido en 2022, Chaves presentó una clase política de 10 legisladores, pero desde entonces ha enfrentado fuerte resistencia. La presidenta del Partido de Progreso Democrático (PPSD), Mary Alpíz, se posicionó en contra desde el principio, lo que desencadenó disputas internas. Estas tensiones han llevado a que algunos miembros del parlamento, como Maria Marta Padilla, se separen, convirtiéndose en figuras políticas independientes, lo que ha dejado a Chaves con solo ocho alternativas en su grupo legislativo.
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Político
En un discurso tras un fallo en el Parlamento, el presidente Chaves se esforzó por evitar el surgimiento de una guerra política, a pesar de las quejas relacionadas con las elecciones de la Corte Suprema (TSE) que exigen un mínimo de 38 legisladores antes de las próximas elecciones.
Chaves advirtió: «Les prevengo, antes de que intenten asustarme nuevamente con fantasmas de una guerra política que no existe, no estoy solicitando votos a favor o en contra de ningún partido político». Su enfoque parece ser más inclusivo y centrado en las necesidades del país, instando a los costarricenses a recordar su historia y tener el coraje de votar por cambios significativos que, según él, son urgentes. Para ello, es necesario contar con al menos treinta alternativas, como lo estipula la constitución política.
Añadiendo un tono más crítico, el presidente Chaves no ocultó su interés en «depurar» las instituciones que han sido objeto de críticas en varias ocasiones. Aunque no nombró explícitamente a determinados actores, ha mostrado un enfoque claro en reformar o discriminar instituciones que considera problemáticas, como el poder judicial y la gerencia.
Chaves se presenta como un líder renovador que pretende construir un gobierno que se distinga por su transparencia y por no estar involucrado en prácticas corruptas. Esto, a menudo, provoca malestar entre los grupos que se sienten amenazados por sus acciones. Su lema parece ser continuar desafiando el statu quo: «Es mi deber seguir molestando, seguir señalando lo que no funciona».
Finalmente, Chaves expresó su visión de un país donde los pobres ya no sean solo una voz de protesta, sino que, incluso los adinerados, quienes han estado al frente del tradicional sistema político, sientan la presión del cambio. «Gracias a Dios, hemos avanzado en el desarrollo en la playa y las fronteras», concluyó.
El presidente Rodrigo Chaves realizó un discurso trascendental sobre su tercer año antes de la sesión legislativa. (Foto Alonso Solano/The Observer)