San José, 03 de mayo (Elmundo.CR): En el contexto del Día Mundial de la Hipertensión, la Facultad de Farmacéuticos de Costa Rica (COLFA) ha hecho un llamado a todos los ciudadanos para reflexionar sobre la relevancia del conocimiento proporcionado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este asunto no solo es crítico para la salud pública, sino que también subraya la necesidad de educación y conciencia sobre las enfermedades que afectan a nuestra sociedad, particularmente la hipertensión.
Es importante destacar que cada vez más las farmacias se están estableciendo como verdaderos centros de salud comunitarios. Estas instituciones no solo ofrecen medicamentos, sino que se están convirtiendo en puntos de acceso confiables y accesibles para la atención primaria. Estas farmacias se han transformado en aliados fundamentales en la prevención de enfermedades, como la hipertensión, y en la promoción de un estado de bienestar general. En estos espacios, los ciudadanos tienen la oportunidad de medir su presión arterial de manera periódica, recibir asesoramiento farmacéutico de calidad y llevar un control continuo de su salud personal.
«La hipertensión es un enemigo silencioso que puede permanecer ignorado durante años, a menudo sin presentar ningún síntoma visible. Por eso, es vital que se pregunte: ¿cuándo fue la última vez que se tomó la presión arterial? ¿Hay antecedentes de hipertensión en su familia?» Esta reflexión es más que relevante; puede tener un impacto real y positivo en la salud de uno mismo y de los seres queridos.
La hipertensión, a menudo descrita como una amenaza silenciosa, es prevenible. De acuerdo con el primer informe global sobre hipertensión publicado en 2023, se estima que alrededor de cuatro de cada cinco personas que padecen esta condición no reciben el tratamiento adecuado. Esto contribuye a la alarmante cifra de millones de muertes cada año. Solo una de cada cinco personas logra mantener su presión arterial bajo control, lo que resalta la urgencia de una intervención más efectiva.
Un cambio en la situación es posible. Si los países logran mejorar la cobertura en diagnóstico y tratamiento de la hipertensión, se estima que podrían evitarse hasta 76 millones de muertes entre 2023 y 2050. «La gran mayoría de los accidentes cerebrovasculares y complicaciones relacionadas son prevenibles», afirma un portavoz. Simples cambios en el estilo de vida, junto con una educación adecuada sobre la salud y el acceso a medicamentos asequibles, pueden marcar una gran diferencia. Las farmacias pueden ser el primer lugar donde se detecten problemas de presión alta, y los farmacéuticos están capacitados para orientar a los pacientes sobre los pasos a seguir.
¿Qué pueden ofrecer las farmacias a los ciudadanos? Según el portavoz, los farmacéuticos están preparados para brindar capacitación continua respecto a factores de riesgo como dietas altas en sodio, consumo de alcohol, falta de actividad física y tabaquismo. Este conocimiento se traduce en apoyo efectivo para que las personas mantengan un control regular sobre sus síntomas y realicen un diagnóstico adecuado.
Además, los farmacéuticos pueden ayudar a los pacientes a automedir su presión arterial, reconociendo síntomas de advertencia efectivos, comprendiendo su tratamiento médico y adoptando hábitos saludables. «Queremos extender una invitación a la comunidad para visitar farmacias de buena reputación, donde podrán encontrar orientación profesional, acceso a dispositivos de control de presión y un ambiente de apoyo continuo. La prevención y la detección temprana son cruciales para prevenir consecuencias tan serias como la insuficiencia renal, accidentes cerebrovasculares o infartos», explicó el farmacéutico.
En lo que respecta a la salud, es vital también pensar en el empoderamiento individual. Muchas veces, la hipertensión no presenta síntomas hasta que se causa un daño irreversible. Por ello, la importancia de medir la presión arterial regularmente y conocer los factores de riesgo personales no puede subestimarse. «Aunque la hipertensión puede controlarse con medicamentos simples y económicos, solo una de cada cinco personas con esta condición lo tiene bajo control. Esto demuestra la necesidad del sector salud para trabajar de manera organizada y continua en la reducción de la incidencia de esta enfermedad», concluyó el portavoz.
Es alarmante que el número de personas diagnosticadas con hipertensión se ha duplicado entre 1990 y 2019, aumentando de 650 millones a 1300 millones, donde casi la mitad de esos casos nunca ha sido diagnosticada. La detección temprana puede ser decisiva para llevar una vida saludable y evitar crisis de salud que podrían prevenirse.
«La farmacia moderna no solo proporciona medicamentos, sino que se educa, acompaña y se preocupa por el bienestar de la comunidad. Desde nuestras universidades y a través de nuestros farmacéuticos, continúa la dedicación a la salud pública, reforzando la importancia de una atención primaria fuerte y cercana», concluyó el portavoz.