El jefe del partido gobernante, Pilar Cisneros, ha calificado la nueva guía legislativa que fue elegida el 1 de mayo para este último año de legislatura como «Extremadamente hostil al gobierno». Sus palabras resaltan la tensión palpable que existe entre el gobierno y la oposición en el actual contexto político. Dicha guía legislativa marca el rumbo a seguir para los próximos meses y, según Cisneros, se vislumbra un ambiente complicado para avanzar en iniciativas que se consideran esenciales para el continuidad del gobierno actual.
En este escenario, la oposición en el Congreso ha acordado devolver la presidencia al miembro del partido Verdiblanco, Rodrigo Arias, quien ha sido descrito por el presidente Rodrigo Chaves como un «jefe de política», insinuando que Arias tiene una considerable influencia en la toma de decisiones legislativas. No obstante, el regreso de Arias plantea serias cuestiones sobre el liderazgo y la dirección que tomará el Congreso en el presente año, dado su historial de oposición al gobierno actual.
Además, la diputada del Partido Cristiano Social, Vanessa Castro, asumió el cargo de vicepresidencia de la Junta Directiva. Se ha destacado por señalar de manera contundente los errores del gobierno y ha expuesto incluso la interferencia del propio presidente, que le ha llevado a perder consejos en su ámbito profesional. Su papel en este nuevo esquema legislativo es fundamental y se anticipa que sus críticas seguirán siendo un punto focal en el debate político.
En esta dinámica, otro miembro del Partido Cristiano Social, Carlos Felipe García, ocupará la primera secretaría, y también se ha caracterizado por un enfoque crítico hacia la administración presidencial. Su postura es clara y anticipa un año en el que el debate sobre la efectividad del gobierno estará a la orden del día, especialmente en cuestiones relacionadas con la gestión pública.
Asimismo, en la segunda secretaría se encuentra la independiente Gloria Navas, quien también ha puesto en tela de juicio las acciones del presidente y su gabinete, particularmente en lo que respecta a la seguridad ciudadana. Esta elección representa un reflejo de cómo se ejerce la oposición desde dentro de la Asamblea Legislativa, lo que podría complicar aún más el trabajo legislativo en lo venidero.
En las posiciones de la secuela destaca Luz Mary Alpízar, quien fue presidenta del partido que llevó a Chaves al poder pero que ahora se siente desplazada de la toma de decisiones. Además, Geison Valverde, otro legislador crítico, ha señalado la inacción del gobierno, especialmente en temas educativos y sobre la situación de la provincia de Limón, lo que añade más complejidad al panorama legislativo.
No hay voluntad de diálogo
Cisneros no vaticina nada alentador para el último año de la Asamblea Legislativa. Ha lamentado que muchos de los proyectos que el gobierno ha calificado como urgentes, como el de 4/3 días o la reforma minera para la extracción de oro en Crucitas, no cuenten con el respaldo necesario para avanzar.
«No creo que haya una voluntad de diálogo, y la mejor prueba es que la junta está designada. Vanessa Castro, Gloria Navas, no seamos hipócritas, no engañemos a la gente, no hay voluntad de diálogo y él (Rodrigo Arias) lo sabe», declaró Cisneros con claridad.
La percepción de Cisneros sobre la falta de diálogo no se aleja de la opinión del propio presidente Rodrigo Chaves. Este último enfatizó que «no tiene nada que negociar con Arias». Su afirmación resuena con una frustración palpable, al recordar cómo Arias lo dejó en una reunión anterior. Para Chaves, la palabra ‘negociación’ debería significar cómo alcanzar objetivos que beneficien a Costa Rica, y no simplemente cómo repartir posiciones para asegurar votos que le favorezcan.