El Poder Público en Guanacaste tuvo una notable intervención durante una pelea de pollas que se celebró en Nicoya el pasado sábado por la noche.
Esta operación se llevó a cabo en la comunidad de Nambí, y se desencadenó tras recibir información valiosa sobre la actividad ilegal que estaba ocurriendo en el lugar.
Al llegar al sitio, los oficiales encontraron:
- Un espacio destinado a las confrontaciones de los gallos.
- 5 pollas que habían perdido la vida.
- 3 pollas que se encontraban con vida.
- Varios tipos de jaulas utilizadas para el transporte y manejo de los animales.
- Artículos que incluían romanos y otros elementos observados en estas prácticas.
- Bolsas diseñadas específicamente para transportar las pollas.
- Espuelas, una herramienta comúnmente utilizada en estas peleas.
Además, los agentes hallaron un refrigerador que albergaba diversas bebidas alcohólicas, el cual fue confiscado como parte de la operación.
Los oficiales también completaron el proceso de identificar y consultar a las personas presentes en el sitio durante la intervención.
De todas las personas involucradas, solo uno fue arrestado y presentado ante la oficina del fiscal. Este individuo, conocido como Baltodano, fue encontrado con una polla en condiciones deplorables, que lamentablemente estaba predestinada a fallecer.
Estableciendo una colaboración eficaz, el poder público trabajó junto al Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA) para llevarse los gallos y recolectar todas las pruebas encontradas en el lugar, evidenciando así el cumplimiento de la normativa en torno al bienestar animal.
Este evento representa la segunda intervención significativa llevada a cabo por las autoridades en este cantón en un corto período de tiempo.
Es importante mencionar que, en una intervención anterior, las autoridades detuvieron también una pelea de gallo en la comunidad de Puerto Jesús, que pertenece al distrito de La Mansión.
Durante dicha operación, se realizaron numerosas incautaciones, incluyendo cinco dosis de marihuana, 210 rastros de Carey, 17 pollas vivas que presentaban marcas y cortes, y cuatro pollas muertas, lo que subraya la seriedad de estas prácticas y la respuesta decidida de las autoridades ante tales eventos.
