Defensa del presidente ante las acusaciones de Chaves.

En el célebre Parque de Atenas, el presidente de la República, Rodrigo Chaves, eligió este icónico escenario para abordar frente a los medios de comunicación la grave acusación que enfrenta, relacionada con el supuesto crimen que involucra al Ministro de Justicia. Esta intervención se produce en un contexto tenso, donde Chaves busca defenderse de las serias imputaciones que han surgido a raíz de la conmoción cerebral que ha generado la situación.

Tan solo dos días después de conmemorar la batalla histórica con Rivas, Chaves se referido a lo que él llama filibusteros, señalando que no son extranjeros, sino las propias figuras que han sido responsables de la gestión del país durante los últimos 75 años. Esta declaración sugiere una crítica hacia la clase dirigente que, según él, ha manejado Costa Rica de manera perjudicial.

El presidente señaló que quienes han alimentado estas acusaciones son los mismos que desean verlo tras las rejas. «No sé si quieren dispararme, pero lo que buscan es silenciarme, amordazarme, intimidarme y encarcelarme», comentó, refiriéndose a las amenazas que ha recibido. Esta fue la primera vez que Chaves tocó el tema de la acusación que fue anunciada por la oficina del fiscal de la nación en la mañana de ese lunes.

A pesar de las serias circunstancias, Chaves se mostró firme, diciendo que «nunca me compararé con Juan Rafael Mora Porras, no soy digno de tal comparación», sugiriendo que aquellos que lo amenazan con prisión son, en su opinión, irrelevantes y carentes de valor humano.

La calificación del Ministro de Justicia

Chaves no perdió la oportunidad de criticar abiertamente al Ministro de Justicia, Carlo Díaz, describiéndolo como «incómodo» e «indigno». Según el presidente, Díaz sigue órdenes «de forma corrupta y valiente» establecidas por lo que Chaves denomina la mafia Djúp. A su vez, expresó su preocupación porque se está revisando cómo los partidos políticos interactúan con la sesión legislativa y el poder judicial en su conjunto.

Del mismo modo, el presidente mencionó que el Banco Central de Integración Económica (BCIE) había llegado a la conclusión de que la exministra de comunicaciones, Patricia Navarro, y el productor Christian Bulgarelli, habían incurrido en irregularidades, recibiendo sanciones de hasta siete años de prohibición de operar con el banco.

Chaves acusó a sus adversarios, sugiriendo que intentan insinuar que él no robó un solo centavo y criticó la falta de respaldo del fiscal en su defensa. Mencionó que aspira a emular a Juan Rafael Mora, pero dejando claro que se dan interpretaciones erróneas a sus acciones.

Sin exponer los detalles

Las acusaciones en su contra están ligadas a una supuesta contribución de $405,000 que el BCIE proporcionó para la comunicación. Chaves fue acusado en relación con una serie de encuentros previos al reclutamiento que supuestamente tuvieron lugar en la oficina presidencial. En este sentido, se argumenta que se orientó a Bulgarelli sobre los términos de su contrato, lo que no solo es controvertido, sino que plantea serias interrogantes sobre la ética de las acciones en cuestión.

La fiscalía sostiene que Chaves presionó a Bulgarelli para que entregara $32,000 como parte de un acuerdo con la administración. No obstante, el presidente defiende que existía un entendimiento claro entre él y Bulgarelli. Inusualmente, el presidente mencionó en una conversación que se refería a «Cariñitos», lo que muchos interpretaron como una referencia a un tipo de compensación bonificada para los empleados del edificio presidencial.

Es notable que el productor se encuentra en el centro de atención de la fiscalía. Desde su lugar, el ministerio público ha decidido alinearse con la hipótesis que involucra tanto al presidente Chaves como al ministro Jorge Rodríguez. La imagen de «Corona Testigo” se sostiene en base al Código Penal, mientras la fiscalía indica que la protección de Bulgarelli dependerá del desarrollo del proceso legislativo y del nivel de cooperación que ofrezca al ministerio público.

El video

En la misma jornada que se hicieron públicas las acusaciones, un video también vio la luz, evidenciando al presidente Chaves mientras ingresaba al restaurante Sapore. En este acto, se encontraba Bulgarelli con su esposa, además de otros acompañantes, compartiendo una mesa en el establecimiento. La grabación captura el momento en que el presidente se dirige hacia donde se encuentra Bulgarelli, lo que ha generado preguntas sobre la naturaleza de su relación y el motivo de su visita.

Un espectador le preguntó al presidente sobre el motivo de su presencia en el lugar y él eludió dar una respuesta clara, sugiriendo que solo deseaba “tener paz”, aunque se escuchó a la esposa de Bulgarelli durante la grabación.

“Es solo un video, ¿por qué me preguntas eso?”, respondió Chaves, mostrando su descontento hacia la consulta del periodista. Más tarde, comentó que “ella (la periodista) quiere que yo hable de algo que no tiene importancia”, lo cual refleja la frustración que siente ante la situación. En el video, el ambiente parece tenso, con un intercambio de palabras entre Chaves y sus acompañantes que lidian con la prensa.

El Informe del Instituto de Investigación Judicial (OIJ) identifica al presidente con una actitud arrogante hacia Bulgarelli, describiendo un intercambio poco amistoso y cargado de gestos sugestivos no verbales. Según el informe, se muestran momentos específicos en los que Chaves se dirige de manera irónica hacia Bulgarelli, lo que deja en el aire un sinfín de especulaciones sobre su relación. Específicamente, se indica que el presidente, a las 12:33:02, hizo guiños de desdén mientras que Bulgarelli pareció más centrado en su celular.

Aún después de su salida del restaurante, se puede observar que Chaves dejó dos acompañantes alrededor de Bulgarelli, lo que añade otra capa a este intrigante caso. Adicionalmente, el videoclips liberado en plataformas digitales ha contribuido a aumentar el interés público sobre la situación.

https://www.youtube.com/watch?v=hwyc88u4me

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