

Roberto Antonio Pérez Herrera, conocido ampliamente como Rubby Pérez, es recordado como la “voz más grande del merengue”. La triste noticia de su fallecimiento, ocurrido durante un concierto en la República Dominicana, ha dejado un profundo impacto en el mundo de la música y en sus seguidores. Aquel evento que debería haber sido una celebración se transformó en una tragedia cuando un accidente en el techo del lugar donde se presentaba interrumpió la vida de este icónico artista.
Durante su carrera, Pérez interpretó numerosos temas que se convirtieron en clásicos, tales como «Africano», «Volveré», «Me enamoraré», «Buscando tu beso», y «No lloraré». Estas canciones participaron en la banda sonora de la vida de muchas personas, y su legado perdurará a través del tiempo. Sin embargo, su vida estuvo marcada por dificultades y tragedias personales que hicieron que su historia fuera aún más conmovedora. A los 14 años, sufrió un severo accidente que lo llevó a luchar por su vida, enfrentándose a una recuperación de dos años en los cuales tuvo que reaprender a caminar y a hablar.
Aquel accidente fue un punto de quiebre en su vida. Rubby recordó que en ese momento se encontraba en un viaje con su padre, y así lo narró; “Dije que estaba jugando béisbol, cuando de repente todo cambió”. Tras el accidente, un hombre que conducía un automóvil cargado de alimentos se detuvo, y Rubby, a pesar de su dolor, realizó una acción altruista al ayudar a otro accidentado en lugar de pensar únicamente en sí mismo. “No uso mal a Dios porque Dios te bendiga, me dije que Dios me dio la vida otra vez”, recordó, resaltando su profunda fe y gratitud.
Con el tiempo, lejos de los deportes, encontró en el canto su nueva pasión. Inició su carrera musical al integrarse a grupos como ‘Los hijos del rey’, donde se unió a figuras emblemáticas del merengue como Fernando Villalona, conocido como «El Mayimbe», y Wilfrido Vargas.
Tenía un gran corazón
En una de sus entrevistas, Rubby compartió un momento heroico: “Salvé la vida de un hombre en la República Dominicana”. Después de una presentación en un hotel, se vio involucrado en un accidente donde un hombre estaba gravemente herido. Sin que la ambulancia llegara a tiempo, Rubby tomó la decisión de llevarlo él mismo al hospital, estabilizándolo en el camino. Posteriormente, el hombre acudió al programa de televisión para agradecerle públicamente por su valentía y compasión.
Los momentos más difíciles
Rubby Pérez también compartió que uno de los períodos más dolorosos de su vida fue la muerte de sus padres. “Cuando mi madre y mi padre me dijeron adiós, sentí un vacío inmenso. Mi madre, quien siempre me apoyó, cantaba mis canciones, pero en ese momento me dio la impresión de que estaba llorando”, recordó con nostalgia.
Salva la vida de su hija
Uno de sus últimos actos heroicos fue cuando salvó a su hija Zulinka Pérez. Durante una presentación en una discoteca, mientras interpretaban una de sus canciones, la escena se tornó caótica tras el colapso del techo. En un momento de desesperación, Rubby pudo reaccionar y proteger a su hija, evitando que ella quedara huérfana y le prometió nunca abandonarla.
Última voluntad
Hasta su último suspiro, Rubby Pérez pensó en su familia. Se dice que advirtió a sus seres queridos sobre cómo no quería ser recordado, pidiendo que su imagen no se viera afectada por las circunstancias de su muerte. “Me dijo que, si algo sucedía que cubriera mi cuerpo, no quería que la gente tomara una mala impresión de mí”, compartió un allegado. Fue un gran artista, pero, sobre todo, fue un ser humano extraordinario, con un corazón noble que dejó una huella imborrable en todos aquellos que lo conocieron.
El último informe sobre la tragedia del colapso del techo, donde ocurrió su fallecimiento, revela un saldo trágico de 124 muertos, un recordatorio doloroso de la fragilidad de la vida.