El reciente acceso al video de seguridad que capturó una acalorada discusión entre el presidente Rodrigo Chaves y el empresario Christian Bulgarelli ha llevado a abrir un caso judicial que añade complejidad a la situación. Este incidente se produjo en un restaurante donde ambos se encontraban, y se solicita el material audiovisual como parte de la investigación en curso.
Aunque el audio y los detalles del encuentro se hicieron públicos a principios de la semana, se debe notar que estos hechos sucedieron el viernes 21 de marzo, tres días antes de que el Ministro de Justicia solicitara formalmente al Instituto de Investigación de Justicia (OIJ) la obtención de los videos de la discusión. El OIJ, representado por Sami Oij, se dirigió a las instalaciones del restaurante para recuperar el material que podría ser clave para la investigación.
De acuerdo con el expediente 168-Oecdo/Secdo I-2015, tres oficiales realizaron una visita al restaurante en cuestión. Se destacó que el propietario del establecimiento inicialmente accedió a colaborar, ya que era conocido por algunos de los funcionarios. Sin embargo, después de consultar con un abogado, el dueño se mostró reacio a entregar el material solicitado, lo que provocó que el OIJ tuviera que activar sus alternativas legales para adquirir el video.
Esta investigación forma parte de una serie de indagaciones policiales relacionadas con el caso 25-000019-0033-PE, que incluye acusaciones por delitos relacionados con la conmoción pública, así como por interferir con el cumplimiento de los deberes públicos de varios funcionarios, incluido Chaves.
Durante las investigaciones, se supo que los agentes también intentaron comunicarse con el abogado del propietario en su intento por acceder al video. Durante este proceso, hicieron notar que si no se lograba obtener el material de forma voluntaria, podrían tener que recurrir a métodos más intrusivos para obtenerlo.
Finalmente, aunque en un principio no se logró acceder al video en el restaurante, se informó que el 25 de marzo, las instalaciones enviaron los archivos por vía electrónica al OIJ.
OIJ Verifique 4 minutos, 19 segundos
Una vez que el OIJ recibió el archivo digital, la sección especializada en crímenes organizados revisó el video, que abarcó una duración de 4 minutos y 19 segundos. La grabación capturó las interacciones entre Bulgarelli y Chaves entre las 12:32 y las 12:36 del 21 de marzo, justo cuando Bulgarelli se encontraba almorzando en el restaurante.
Se pudo observar que Chaves se acercó a Bulgarelli, quien estaba acompañado por el diputado Pilar Cisneros. A partir de ahí, comenzaron a desarrollarse una serie de intercambios que, aunque visualizados, carecen de sonido, lo que limita el entendimiento pleno de las conversaciones. Sin embargo, se alude a un enfoque físico que podría ser relevante en el contexto de la reunión.
La presencia del personal del restaurante y otros asociados añade una capa de complejidad a la escena. La inclusión de los escoltas y la intervención de Cisneros procuraron llevar al presidente Chaves lejos de la situación tensa. A pesar de que gran parte del contexto de la discusión no está claro, el OIJ ha destacado que Chaves podría ser señalado como «responsable de generar tal situación de discordia sin justificación alguna».
Parte del archivo principal
Los acontecimientos que se muestran en el video se han integrado en el expediente 25-000019-0033-PE. Según el Ministerio Público, en esta carpeta se alega que había un acuerdo para solicitar la eliminación de Bulgarelli de su rol en la compañía RMC LA SA, a cambio de proporcionar servicios de comunicación, marketing y asesoramiento estratégico a la oficina presidencial en Costa Rica.
Recientemente, el Ministerio Público presentó cargos contra el presidente Chaves Robles y el actual Ministro de Cultura y Adolescencia, Jorge Rodríguez Vives, quien previamente fue jefe de comunicaciones del gobierno. Se alega que estos actos equivalen a delitos de conmoción cerebral según la legislación vigente.
Las penas por este tipo de crímenes oscilan entre dos y ocho años de prisión para funcionarios públicos que, abusando de su cargo, coaccionen o induzcan a otros a proporcionar beneficios indebidos a ellos o a terceros.
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Un detalle sorprendente del proceso es la implicación de Bulgarelli, quien está siendo considerado como un «testigo de la corona». Según lo declarado por el Ministerio Público, Bulgarelli fue presuntamente coaccionado para proporcionar beneficios económicos inapropiados que derivaron de la gestión de la integración económica en Centroamérica, asistiendo al asesor de conteo en el proceso.
Según la acusación, antes de cualquier acuerdo formal, las autoridades realizaron varios contactos y reuniones en la sede presidencial, donde se instruyó a Bulgarelli sobre los términos de su contrato. Esta situación ha generado un considerable debate en la sociedad costarricense respecto a la ética y la legalidad de las acciones de los funcionarios involucrados.