
La tragedia ha golpeado fuertemente a Birmania con más de 1,600 vidas perdidas tras el devastador terremoto de magnitud 7.7 que sacudió la región el pasado viernes. Este desastre también afectó a los países vecinos, incluyendo Tailandia. Según los informes oficiales actualizados este sábado (29.03.2025), el panorama es aterrador y se prevé que el número de víctimas aumente a medida que continúen las labores de rescate y evaluación.
El violento seísmo tuvo su epicentro en la ciudad de Sagaing, y se registró pocos minutos después de una réplica de 6.4 que había estremecido la zona en la mañana del viernes. Las autoridades trabajaron para actualizar la magnitud del evento sísmico, elevándola a 6.7. Cada uno de estos temblores ha causado estragos, y la situación es dramática en las áreas más aquejadas. El impacto de la catástrofe ha sido tan fuerte que no solo ha cobrado vidas, sino que también ha dejado un rastro de destrucción, colapsando viviendas, edificios públicos, puentes y lugares de culto, lo que agrava aún más la ya complicada realidad de un país que ha estado lidiando con un conflicto interno desde 2021.
El terremoto en Birmania ya está matando a más de 1,600
La última cifra oficial reportada en Birmania señala que hay al menos 1,644 muertes y unos 3,408 heridos. La mayoría de las víctimas se encuentran en la ciudad de Mandalay y sus alrededores, que ha sido severamente afectada. La Cruz Roja ha indicado que en Mandalay, donde vive más de 1.7 millones de personas, más de 90 individuos podrían estar atrapados bajo los escombros de un edificio de doce pisos que se derrumbó durante el sismo, lo cual ha generado un gran temor y preocupación en la población local.
A raíz de estos trágicos eventos, las autoridades han declarado el estado de emergencia en las seis regiones más afectadas. La profundidad a la que ocurrió el terremoto fue relativamente baja, lo que aumentó la intensidad de las sacudidas. El temblor se sintió con fuerza a más de 1,000 kilómetros del epicentro, alcanzando incluso Bangkok, la capital de Tailandia, que experimentó una gran alerta tras el incidente.
Las operaciones de rescate se han visto complicadas por el cierre del aeropuerto de Mandalay, lo que podría obstaculizar la llegada de ayuda. En un país donde el conflicto ha desgastado gravemente el sistema de salud y ha llevado a la militarización del poder, la situación es aún más crítica. Frente a esta catástrofe, el Presidente del Consejo Militar, Min Aung Hlaing, ha hecho un llamado a la comunidad internacional solicitando ayuda de «cualquier país» y «cualquier organización». En estos momentos de desolación, la cooperación y el apoyo global son esenciales para ayudar a los afectados a salir adelante en esta difícil coyuntura. Fuente: DW.